Tras varios meses de pandemia en 2020, en el mes de Noviembre se alcanzó un récord histórico superando los más de 17000 inmuebles heredados en España. Obviamente el aumento del número de fallecimientos, sobre todo de personas mayores, es lo que ha favorecido este crecimiento.
La vivienda heredada normalmente es un inmueble que sale a la venta en un plazo corto de tiempo, sobre todo si es una herencia entre hermanos. De esta manera se vende la casa y cada hermano recibe su parte correspondiente.
Por lo que claramente en el mercado inmobiliario, sí hemos notado que ha habido un aumento importante en el número de inmuebles heredados que se han vendido en 2020 y que actualmente están en venta en nuestra comunidad.
Aquí hay dos cuestiones que tenemos que tener en cuenta. El primero es todo lo referente al plazo de aceptación de herencia y los impuestos a los que hay que hacer frente. En primer lugar hay que averiguar si hay testamento y quiénes son los herederos para ver la fiscalidad, que ahora mismo se sitúa en un 0,8% para los herederos en línea directa en el caso de los cónyuges y en una escala de tramos en el caso de los hijos, que están exentos en los primeros 250.000 euros, pasa a un 2 % sobre el exceso hasta los 500.000 euros y se va incrementando hasta los 3M cuando se pagaría el 16% de lo que exceda de esa cantidad.
El plazo de aceptación de herencia lo va a marcar el plazo de presentación de los impuestos, que es de 6 meses. En herencia complejas y de forma justificada se puede pedir una ampliación de este plazo.
La segunda cuestión son las herencias en las que hereden varios hermanos. En estos casos todos deben estar de acuerdo con la venta sin excepción.
Tenemos que tener en cuenta que cuando se recibe una herencia cada uno tiene distintas situaciones de vida que le llevan a defender una postura u otra. Algunos consideran que es mejor esperar a que el mercado vaya mejor, otros piensan más en sacar rendimiento a la vivienda con un alquiler o incluso hay los que todavía por un fuerte apego a la vivienda se resisten a tomar una decisión.
En estas situaciones, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que normalmente el inmueble pasa a ser propiedad de los hermanos a partes iguales, por lo que es necesario el consentimiento de todos sin excepción para poder realizar la venta.
Teniendo esto en cuenta la mejor opción es comenzar por la tasación de la vivienda. Conociendo el precio real de mercado en el que se puede vender, cada parte podrá valorar convenientemente su posición y alcanzar así un acuerdo entre hermanos.
¿Qué ocurre si aun así hay un hermano que no quiere vender?
En estos casos la cosa se complica aún más. Si uno de los hermanos decide vender su parte cuenta, debemos conocer que los demás tienen por ley el derecho a tanteo y retracto de la misma. Por la que pueden adquirirla automáticamente igualando la oferta.
Y en el caso de situaciones en las que el conflicto se agrave y se deje en manos de un juez. Este puede dictaminar tanto la división física del inmueble como hasta una subasta pública. Por lo que en estos casos todos salen perdiendo, tanto por los gastos que supone como porque la vivienda, de haberse vendido en el mercado inmobiliario cada parte hubiera recibido su herencia correspondiente.
En definitiva, la mejor solución, es llegar a un acuerdo entre las partes para evitar conflictos mayores.