El mercado inmobiliario se ralentiza aunque algunas inmobiliarias siguen trabajando para ayudar a sus clientes en estos momentos. La previsión es que haya una escasez en la demanda que provoque una bajada en el precio. Es pronto para calcularla pero creemos que puede ser del en torno al 10%.
Tras más de 20 días de confinamiento, el mercado inmobiliario se ralentiza, en cuanto a cifras se refiere, pero no así en cuanto al comportamiento de los consumidores. Las personas que quieren comprar ahora miran más que nunca los portales inmobiliarios para comparar la oferta y los que necesitan vender están muy pendientes de la evolución del mercado.
Desde A10 Inmobiliaria queremos realizar un análisis de la situación y la afección que esta crisis puede tener sobre el sector inmobiliario, con el fin de ayudar a esas personas que se encuentran en mitad de una gestión de compraventa, o con la necesidad de iniciar el proceso.
La opinión que aquí se va a exponer es fruto de los datos objetivos que disponemos, así como el sentir de otras agencias con un elevado peso específico en la intermediación de inmuebles repartidas a lo largo de todo el país.
Es evidente que desde el día 14 de marzo la actividad de intermediación tanto para vivienda de obra nueva como de segunda mano ha sufrido un frenazo considerable. Esto se debe a que, si bien las agencias inmobiliarias podemos seguir trabajando de puertas hacia dentro o mediante teletrabajo, a nuestros clientes, la población en general, no se les permite realizar salidas de sus domicilios para ser atendidos o visitar inmuebles, por razones obvias.
Para analizar el estado del mercado inmobiliario tendríamos que conocer dos parámetros objetivos, el número de transacciones y el precio de cierre de las mismas. En el estado actual no conocemos ninguno de los dos, pues el sector está bastante parado. En un mercado normalizado y al alza como del que veníamos, se podía inferir la tendencia del precio desde un dato indirecto, que es el precio medio de oferta, ya que los ajustes que se producen respecto al precio de venta son poco significativos, y concuerdan con sus variaciones.
Sin embargo, ahora esa información no es válida, sería el equivalente al último precio de una acción después del cierre del mercado de valores un viernes por la tarde. Según las informaciones que haya durante el fin de semana, la apertura irá en un sentido o en otro.
Nuestra previsión como profesionales del sector es que el mercado inmobiliario, como un mercado más, se verá afectado por esta crisis. Primero habrá una escasez en la demanda, así como un incremento en la oferta para obtener liquidez. Según las reglas básicas del mercado, oferta y demanda se cruzan en un precio, por lo que, si la segunda cae, lo más probable es que el precio también lo haga.
La cuantía de este impacto dependerá de varios factores, como la duración de la crisis, su impacto sobre el empleo y en consecuencia sobre la confianza. La cuarta pata sería la financiación, pues si bien parece que no hay una crisis financiera, si se verá reducida en la medida en que se reduzca la solvencia de los clientes. Las personas tendemos a comparar lo desconocido con lo conocido para tener más seguridad, pero esta crisis será diferente a la iniciada en 2008, tanto en duración como en intensidad.
Recordemos que la crisis financiera e inmobiliaria iniciada en ese año, tocó mínimos en precio y en ventas en el año 2015, y la pérdida de valor superó de media el 50 %. Las causas actuales son muy diferentes, por lo que se prevé una duración más corta, así como un menor impacto en el precio (cuya recuperación estaba a medio camino entre dichos mínimos y máximos), y que según algunas previsiones que compartimos desde A10 inmobiliaria, sitúan en el entorno del 10 %.
En resumen, según se vayan levantando las medidas sanitarias y se vaya volviendo a la normalidad, se empezará a medir el pulso del mercado. Las primeras operaciones serán por necesidad, y según se vaya recuperando la confianza irá volviendo el cliente de mejora y el inversor. El segundo trimestre está prácticamente perdido, en el tercero nos toca el verano y la actividad será baja, y será a partir de septiembre cuando comencemos a retomar cierto ritmo, alejado todavía del que llevábamos estos últimos meses.
Nuestro consejo a vendedores, es que deben adaptarse a la situación actual, estar más asesorados que nunca por profesionales que estén en activo y adelantarse a esa posible bajada de precios.
Y el consejo a compradores es que revisen la oferta y soliciten información sobre las propiedades que les interesen. Ahora podrán verlas gracias a la tecnología 360º y podrán reservar su visita para cuando la situación se desbloquee. Ahora tiene más oferta y necesitarán asesoramiento sobre qué propiedad les conviene más y el precio correcto.