Coliving es un anglicismo hace referencia a una nueva forma de residencia que se ha popularizado en otros países, y que está llegando también al nuestro, aunque se está encontrado con alguna traba legal.
Básicamente es un mix entre una vivienda compartida y un lugar de trabajo también compartido.
Más o menos. Realmente hay diferentes conceptos, pero principalmente es eso. Normalmente se trata de espacios habilitados con varios dormitorios con su propio baño, que sería la zona privada de cada inquilino, y unas zonas comunes de vivienda como salón o cocina. Además a esto se le añadiría una zona de trabajo, similar a una oficina compartida, donde puede haber una zona de atención a clientes, sala de reuniones, etc.
Normalmente se procura que los inquilinos del coliving tengan algo en común, suelen ser profesionales liberales con profesiones sinérgicas en muchas ocasiones, por ejemplo, un arquitecto con un diseñador gráfico y un especialista en marketing. Pueden ofrecer servicios conjuntos sin constituir una empresa como tal, cada uno facturará su parte del trabajo.
Por un lado, la posibilidad de emanciparse y de no asumir el coste íntegro de una vivienda y tener menos gastos, ya que los suministros como agua, luz, calefacción, internet, incluso Netflix están incluidos en el precio. Por otro lado, como los inquilinos son bastante afines, pueden formar una comunidad muy atractiva para vivir. Por último, hay un ahorro en costes frente a la fórmula típica de vivir en una vivienda y trabajar en una oficina. De esta forma se matan dos pájaros de un tiro.
La verdad es que hay un cierto vacío legal, pues la normativa que se dispone no es tan flexible. No son viviendas al uso, ni oficinas. Tampoco es equiparable a un apartahotel. Según nos comentan compañeros del sector, actualmente se presenta el proyecto en el Ayuntamiento y hay que buscar un encaje “ad hoc”.
En Pamplona se está promoviendo un Coliving en el Casco Viejo como una iniciativa piloto entre el Ayuntamiento de Pamplona y la Universidad Pública. Me consta alguna operación de este a partir de un inmueble anteriormente destinado a oficinas, pero de pequeña envergadura.
En las grandes ciudades como Madrid sí hay más experiencias de este tipo como en el barrio de Malasaña, donde se ha reconvertido un edificio completo.