Hoy traemos un tema que hemos oído hablar alguna vez y todos intuimos, pero que que requiere ser explicado para entenderlo bien, que es el alquiler con opción a compra. ¿De qué se trata exactamente?
El alquiler con opción a compra es una figura jurídica que une dos tipos de contrato, el de alquiler y el de compra. Básicamente se utiliza cuando alguien quiere comprar una vivienda o un local, pero no tiene las condiciones financieras necesarias para ello. De esta forma puede empezar a utilizar el inmueble pagando un alquiler, con un plazo para ejecutar su opción de comprar a un precio ya definido.
La ventaja principalmente es poder vender un inmueble que no se vende, bien por ubicación, bien por su estado o por el precio. Normalmente quien quiere vender y tiene un activo con mucha demanda, no suele recurrir a esta figura. Sin embargo, sí es muy común en locales para negocios, donde el empresario tiene que invertir una cantidad importante en la adecuación del mismo, y luego comprobar que el negocio le funciona, e ir consiguiendo capital para poder ejecutar la compra.
¿Cuáles suelen ser las condiciones de estos contratos? ¿Los precios son de mercado, o más altos?
Aquí depende de cada caso, y las posibilidades son muchas. Hay que tener en cuenta que el precio queda ya predefinido, por lo que el inquilino decide si le interesa o no ejecutar la opción de compra. Por eso se recomienda no poner plazos más largos de 2 ó 3 años, ya que no sabemos cómo va a estar el mercado en ese plazo. Para afianzar la operación, además se pacta una prima, esto es, una cantidad que normalmente se deducirá del precio, y que en caso de no ejecutar la opción por parte del inquilino, se perderá.
Se puede pactar deducir del precio todo o parte de la renta de alquiler, o incluso deducirla el primer año, y el resto no, para intentar que ejecute la compra cuanto antes. Pero como digo, todo se puede negociar.
Tenemos que valorar la solvencia del vendedor, y sería recomendable elevar a público e inscribir el alquiler y la opción en el registro de la propiedad, para protegernos en caso de futuras cargas.
Se da mucho más en el mercado de locales, y en viviendas especiales. Sin embargo, en épocas donde la demanda escasea, este tipo de contrato repunta.