Aintzane y Eduardo necesitaban o, más bien, querían un cambio de casa. Vivían en un piso en Nuevo Artica, donde veían que sus hijos no tenían mucha vida ni muchos amigos. Unos compañeros de la Ikastola se habían mudado de su piso de la Txantrea a un piso de Villava y les hablaron de lo bien que estaban allí.
Como explica Eduardo, "a lo tonto, a lo tonto, nos preguntamos ¿y si hacemos lo mismo? Pensando que no lo íbamos a vender. todo el mundo nos decía que era imposible o que íbamos a tener que bajar mucho".
Pero tuvieron la suerte de toparse con Andrea Ulloa, aquí en Alfa 10. Si tenemos que usar una palabra para definir a Andrea, esta sería PASIÓN.
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Ella pone el corazón en todo lo que hace, pero además esta vez lo vivió de una manera más especial como nos cuenta:
"Desde el principio tuve mucho feeling con Aintzane y Eduardo. Me dejaron las llaves, estuvieron de acuerdo con la valoración... Lo que más me sorprendió fue la confianza que depositaron en mí. No estaban muy convencidos de vender, sin embargo me dieron todas las facilidades del mundo con el tema visitas."
Y todo fue como la seda, encadenando una operación tras otra. Su casa salía a la venta en mayo y menos de tres meses después ya estaba vendida, una semana después ellos compraban su casa en Villava.
Sin embargo, para Aintzane y Eduardo el proceso de venta se les hizo más corto que el de compra.
Andrea por su parte disfrutó comercializando el piso de la calle Rigoberta Menchú en Nuevo Artica, "lo que más me gustaba era la terraza y la cocina, lo tenían todo puesto con mucho gusto".
Cuando les preguntamos qué ha supuesto el cambio para ellos, todo es positivo, "para los críos lo que más".
En sus caras se nota la alegría y ese feeling del que habla Andrea, con quien están encantados. No se creían que la venta se pudiera hacer efectiva y todavía hoy, con la mudanza casi finalizada, no se lo creen mucho. Pero como podéis ver en esta foto, ¡ya lo están disfrutando!